La empresa Dorato (antes Afrodita) tiene concesiones mineras en las cabeceras de cuenca de la Cordillera del Condor, la empresa Maurel et Promo ya está desarrollando actividades de exploración en el Lote 116, y la empresa Petron Resources está gestionando otro lote para comenzar a explorar en esos mismos territorios.
Los líderes Awajun Wampis reunidos en Nieva han dicho que “Esas concesiones están superpuestas a una o dos áreas naturales protegidas, las actividades de explotación dañarán y destruirán las fuentes de agua, nuestros lugares sagrados (cerros, cataratas, bosque) donde fortalecemos nuestra espiritualidad para tener cosmovisión hacia una larga vida y el Tajimat/Tarimat Pujut (Buen Vivir), nuestro ambiente y el pulmón verde del mundo.” Concluyen “llamando a las autoridades y gobernantes del país para que cumplan con su deber de atender nuestro pedido de RETIRO INMEDIATO de las empresas Maurel Et Prom y Minera Dorato SAC del territorio ancestral de los pueblos Awajun Wampis; antes de que el pueblo determine y los desaloje.”
De paso, también están en contra del proyecto Mina Conga y otros más en Cajamarca pues para darles energía habrá que construir la hidroeléctrica Chadín II, que alterará el curso del rio Marañón, en torno al cual organizan buena parte de su vida.
Más claro ni el agua. No ha habido consulta previa, no hay licencia social, los líderes locales no quieren esas actividades en su territorio.
La pregunta, como lo es en el caso de Conga y el proyectado distrito minero del Sur de Cajamarca, es al interés de quien responden estas actividades. ¿Es tan importante para el país la renta que le generará por regalías e impuestos las actividades mineras de Dorato? ¿El abastecimiento energético del país depende de la producción que logre Maurel et Prom? ¿Vale la pena pagar el costo ambiental y social que significará hacer minería y petróleo en estos territorios Amazónicos tan solo para satisfacer el afán de lucro de dos empresas cuyo aporte fiscal y productivo es marginal?
Frente a este nuevo escenario de conflicto, el Presidente Humala tiene la oportunidad de actuar diferente de como lo está haciendo en Conga. Tiene aun la oportunidad de ser firme con las empresas, retirarlas de la zona, organizar un buen proceso de consulta, y establecer una alianza estratégica con los Awajun Wampis en torno al respeto de su dignidad y el manejo tradicional y sostenible del bosque amazónico como su fuente de sustento y como reserva verde de la humanidad.
Nadie quiere
otro Baguazo.
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